domingo, 13 de diciembre de 2015

de "Domingo"

"Cuando entra en la habitación, envuelta en una toalla de baño, mis ojos hacen un esfuerzo casi sobrehumano por abrirse y poder verla en el momento justo en que la tela rizada cae al suelo. Entonces todo su cuerpo queda a merced de mi descentrada vista, todo su esplendor y toda su belleza se me muestran sin nada que los oculte. Desde mi lugar en la cama veo su espalda suave y sus nalgas, levantadas, que le dan a sus formas un toque ciertamente excitante. También puedo ver, gracias al espejo del armario, sus diminutos pechos, colocados en el lugar perfecto, y bajando la mirada encuentro la selva donde convergen todos mis deseos. Me encantaría incorporarme y que mis manos fueran hacia ella pero, sabedor del esfuerzo que hice por abrir mis ojos, intuyo que mover mis noventa kilos, en estos momentos, es algo totalmente imposible..."

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